domingo, 22 de febrero de 2015

Nadie en Mongay


Son las ocho de la mañana y amanece en Mongay, amanece sobre un sueño, sobre una quimera, sobre un despropósito.


Un lugar donde quién sea invirtió varios cientos de miles en reconstruir parte del pueblo a su gusto.


Para perpetrar este engendro lo primero que se hizo fue una pista desde Chiriveta, arrasando un camino enlosado seguramente milenario.


Después se destrozó gran parte del pueblo y se levantaron las nuevas edificaciones. Todo esto se hizo porque se permitió. Las razones del abandono ya ni las sé ni me importan.


Este pequeño pueblo de la Ribagorza era bastante pintoresco dentro de su rusticidad. Casas y corrales se alternaban pegados a la balma que constituía una de sus paredes. Su estrecha calle única tiene bonitos rincones en lo poco que queda en pie.



Esta es la única casa que se mantiene aunque en situación precaria. Vemos la chimenea del horno a la derecha de su entrada.





A la izquierda de la entrada se situa la bodega, junto a la que se halla una cantarera.





Arriba en las habitaciones puede verse como una de las paredes es la roca pura.



Hallo esta roseta grabada en el revoco de una de las estancias.



El resto del pueblo da una imagen de destrucción.







A la iglesia se le aplicó una restauración sui géneris, aun con todo, al tener hormigonada la cubierta tiene asegurada su supervivencia.



En la calle hay varios depósitos de las casas.


Se ven pequeños establos por toda la roca que estaba muy colonizada.







Y el suelo empedrado.





En la balma se ven las huellas de antiguas casas.




Sobre la casa se ve un muro que delimita una era plana a la que se accede con no poca dificultad.



Desde élla pueden tomarse imágenes como esta.



Aquí no he podido acceder ni desde arriba...



En este caso se salvó con una bóveda el espacio entre la pared y una roca separada, por encima de élla había otra planta envigada.



Se dispusieron varios troncos a modo de pasarela para acceder a esta grieta ascendente en la pared.



El objeto era llegar a los campos situados a la espalda de la balma. Campos donde si somos observadores, podremos ver está pequeña caseta, cuyas dimensiones me hacen pensar que quizá fuese un arnero.



Está grabada esta fecha en su entrada.


Y esto es lo visto en Mongay, donde nadie ha vuelto a comer en este improvisado comedor desde 2007, ni falta que hace.




Más fotos e información en el blog de Faustino Calderón : lospueblosdeshabitados.blogspot.com Mongay- Huesca y en el de Cristian Laglera : despobladosenhuesca.com Mongay . Dos referentes míos a la hora de visitar un despoblado.