viernes, 25 de junio de 2010

Formas orgánicas en La Cuba

Los abrigos de La Cuba, parece ser que estuvieron ocupados durante el neolítico; así debió ser según algunos hallazgos de cerámica y piezas de silex en sus alrededores.
La presencia de nuestros ancestros sólo se hace patente en el pulimento de la superficie de las cavidades, fruto de su ocupación. No hay pinturas ni otra cosa que ver, salvo las curiosas formas orgánicas de sus rocas que dibujan un paisaje de capricho natural.
La roca forma innumerables plataformas por donde puede pasearse.

Los abrigos fueron utilizados durante el siglo pasado para la ubicación de colmenas.
El agua de lluvia llega a llenar varias cubetas repartidas por los abrigos.

En uno de ellos hallamos esta cavidad repleta del agua que filtra por las rocas.

Cerca de La Cuba existe otro grupo de rocas con varios lugares de habitación en sus bases.
Desde aquí podemos ver el Castellot, siempre sorprendente se mire de donde se mire.

lunes, 21 de junio de 2010

Santa Margarita.La huella mudéjar.

En el cartel que la D.G.A. ha colocado en la iglesia de Santa Margarita de Alcampell, leémos:"Constituye uno de los escasos ejemplos de iglesia construida en estilo mudéjar, que hallamos al norte del río Ebro".
La iglesia de Santa Margarita, recibió 177.815 euros en el año 2006 para la reparación de su cubierta; sí, han leido bien, cabe deducir de tal cantidad, que aquella cubierta no se debió de tocar desde el último tercio del siglo XVI, cuando se terminó. En el cartel que permanecía todavía en pie en Marzo del 2009, se señalan 240.145,96 euros por el mismo concepto.

La portada se compone de un arco de medio punto enmarcado por pilastras, entablamento y tímpano triangular.
Sobre el óculo del coro, la decoración en ladrillo en relieve forma rombos o cruces de múltiples brazos. Remata la obra el mirador de arquetes de medio punto doblados, articulados por sendas impostas. El mirador recorre la nave y rodea el ábside, aunque sólo dobla los arcos en la fachada principal.

La torre parece construída ya en época barroca. Tiene un primer cuerpo de planta cuadrada, que pasa luego al octógono.

El estado del mirador, deja mucho que desear.

El templo se halla completamente rodeado de patios y parcelas cerradas, por lo que no es posible acercarse, y sólo podemos verlo desde lejos.
Un párroco muy amable, nos da permiso para tomar todas las fotografías que queramos; como sólo se abre en horario de culto, enseguida se llena de feligreses a los que no pretendo importunar lo más mínimo. Así que no me he "recreado" como suelo, tomando las instantáneas más justas, que a nadie le gusta tener gente estorbando en su momento de oración.
La nave se divide en cuatro tramos, cubiertos con bóvedas estrelladas de diferente dibujo. Las claves se decoran con rosetas de yeso.


Las bóvedas necesitan un pintado, pues aun tienen marcas de antiguas humedades. Por otro lado, su complicado trazado es una delicia visual.


En las capillas laterales, se conservan las yeserías de inspiración mudéjar, decorando los intradoses de sus arcos.

A pesar de no ser tan espectaculares como otras de la comarca, merecen también una visita.


Esta imagen es del dintel del coro.


En el lado de la epístola se encuentra la única capilla que conserva su cubierta original de crucería.


Y esta es la magnífica bóveda que cubre su ábside pentagonal.

Me informa el párroco de que el retablo es una copia, pues el original se quemó durante la Guerra Civil; tan sólo una imagen de San Antonio, de rústica factura, se salvó. Me cuenta asímismo, que su antecesor hizo retirar del suelo varias lápidas funerarias que lo cubrían...No le pregunto dónde están las lápidas, porque no me gusta saber tantas cosas.
Recomiendo pues la visita a este humilde templo, cuyas bóvedas y yeserías son dignas de verse, aunque incomprensiblemente no aparecen ni en la página web que el Gobierno de Aragón dedica al mudéjar , donde se obvian lugares como Calasanz, Aler, Aguinaliu, Torres del Obispo, Alcampell, entre otros; por lo que nos permitimos recomendarles la obra de José Galiay Sarañana, Arte Mudéjar Aragonés(1950), así como las de Maria Pilar Navarro Echeverría, entre otros.
Asímismo, pueden encontrar abundante y sólida información siguiendo éstos enlaces: Zagr al-Ándalus.Aragón Andalusí. y Arquitectura Zagrí.

domingo, 13 de junio de 2010

Las Fiestas Medievales

Advertencia de contenido: Esta entrada puede contener opiniones en lenguaje explícito de caracter adulto, cuya lectura puede resultar ofensiva e/o hiriente para algunas sensibilidades.
Si padece usted síntomas como el del nulo espíritu crítico, incapacidad de superación supina, o es organizador de fiestas pretendidamente medievales, le aconsejo no seguir leyendo.


De unos años a esta parte, se han prodigado por toda la península las "Fiestas o Ferias Medievales" de caracter anual. Los pueblos que poséen un casco antiguo más o menos destacable y algún hito histórico de la época, han aprovechado el escenario para el desarrollo de estas celebraciones, viendo en ellas un ingreso extra de recursos para la población.
En algunas participa gran parte del pueblo de un modo u otro, normalmente vistiendo de la época y colaborando en la organización de los eventos.
Los cascos antiguos en estas poblaciones, suelen estar en gran medida abandonados y degradados, cuando no reformados sin atender a criterio alguno de conservación o de estética respecto al conjunto.
Como llevo haciendo desde hace varios años, me he desplazado a una de las que me quedan más cerca, el resultado ha sido el esperado: las fiestas medievales son una mierda, y su organización, nefasta.
Verán: Para empezar se inagura la feria cuando la mitad de las paradas están sin montar a pesar de ser las 12 del mediodía; las calles tampoco se han barrido demasiado, con que menuda manera de recibir al turista.
El segundo día tampoco corremos mejor suerte, está más sucio que el primero y se repite la sensación de provisionalidad: paradas que funcionan junto a otras todavía cerradas o a medio montar.
Las paradas con sus productos que se extienden por el casco antiguo, son al medievo lo que un Mac Donald's a la gastronomía. Con lo que el mercado "medieval" no se diferencia gran cosa de cualquier mercadillo de comercio ambulante.

Se exponen también por lo común las obras de los artistas locales: si pintores, sus cuadros; si amas de casa asociadas, sus trabajos manuales; si coleccionistas, su colección ni que ésta sea de aviones por control remoto.
Cuando hay representación de antiguos oficios, pues en algunas ferias ni eso hay, se muestran desligados del conjunto, dándose una visión estática de la sociedad, cuando ésta es en esencia dinámica, vinculante e interrelaciona a todos sus miembros.

Para acabarlo de arreglar, se obvian muchos personajes y escenas presentes en la época, no hay más que ver que en las ferias medievales todos son caballeros cristianos. Como si en el medievo penínsular jamás hubiese habido árabes o judíos, por poner sólo un ejemplo.
Tampoco se ven monjes, ni peregrinos, arqueros o juglares; pero en cambio hemos llegado a ver incluso la "medievalización" de un bar-prostíbulo.
Por lo común, en las fiestas medievales se suelen reproducir combates entre moros y cristianos, conmemorando la victoria de estos últimos; es éste el espectáculo más loable de los que suelen acontecer, cuando no el único que se acerca al hecho histórico en mayor medida. De mayor calado tampoco hallarán gran cosa: foro, conferencia o debate.

Vamos a poner como ejemplo el "Museo" que hace años que llevamos viendo en una de estas "Fiestas medievales". Ocupa los bajos de una casa solariega y contiene distintas antigüedades de caracter agrícola. Vean las imagenes:

Pues bien: el polvo, la carcoma y el óxido son los de todos los años, ni una triste gota de barniz. Llamar a estos trastos arrinconados "museo" es como llamar chalet a una chabola de chapa. Yo no sé cómo tienen los santos cojones de enseñar esto, la verdad.
Es por ello que no no me extraña luego ver entre las antigüedades de la primera planta este piano haciendo la función de mesa auxiliar; reflejando en su parte baja la falta de trato con los productos de limpieza que la pieza requiere.

Por todo lo visto: no les recomiendo la visita a ninguna feria medieval de la que no tengan testimonios fieles de cómo se desarrolla ésta. Huyan como de la peste de éstas fiestas desvirtuadas. Mucho menos llevar a los niños, pues se llevarán del medievo la misma idea que se pueden llevar de la prehistoria viendo Los Picapiedra.
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Nota: el mojito no es un producto medieval.