jueves, 30 de abril de 2015

Románico en estado puro sale a la luz (I)

Hay veces que, levantándome antes que el sol, salgo de casa exacerbado hacia esos lugares donde habita la nada, implorando a la naturaleza y buscando con desespero converger con esa fuerza ancestral que me reconforta y colma de satisfacción; más tarde, vuelvo a casa consternado, afligido y vacío de contenido, enojado con aquello que ansiaba y que ha querido evitarme. 

Otras veces, sin pretenderlo, libre de ambiciones y sin llegar a comprender a que dictamen obedece el destino, te encuentras de sopetón con algo asombroso que restablece tu confianza y te reconcilia con ese espíritu arcaico; es entonces cuando agradeces a pendientes, sierras y barrancos la magnífica conspiración en la que han venido a bien introducirte. 

Porque a veces, la voluntad de ese espíritu ancestral, es la de permanecer oculto durante siglos, aguardando el instante, el momento preciso a aquel, a quién el destino escogió, consienta dirigirse hacia allí. 

Y subyugado por una perseverancia instintiva, me dirigí ese día hacia un lugar donde creía que nada me aguardaba:


La historia.
No fue hace mucho que en una de las salidas programadas para mis vacaciones accedí a un templo románico que ya tenía marcado en mi ruta. En su arruinado interior vi que un muro dividía el tambor absidal.
Sobre el altar adosado a dicho muro, alguien en época indeterminada había derribado un vano tapiado con ladrillo macizo que da acceso al interior del ábside.


Cuando me subí al altar y miré tras el muro, lo primero que vi fue el antiguo vano absidal rodeado de una decoración de triángulos. A ambos lados de dicha decoración aparecían varias figuras.
Al levantar la cabeza dentro del hueco vi una que me resultó  muy familiar.
Entonces fue cuando me saltó la alarma. "Alarma románica", con estas palabras me puse en contacto con el grupo que me ha ayudado a llevar esto a buen término.
Estas personas a las que me une una amistad inquebrantable, tienen nombres propios que no puedo obviar: Laura Alberich, Eduard Pallarés, Xavi Tosca y Manuel Gila. Pueden ver sus interesantes trabajos en Salud y Románico, blog sobre románico de alto nivel.

Introducción.
No pecaré aquí de inmodestia si les digo que este hallazgo es de primer nivel, y a los que han trabajado en él y a mi, nos colma y en cierta manera nos compensa el esfuerzo y la tenacidad que siempre precisa la investigación sobre un tema. Y en éste nos hemos esforzado mucho.
Lo que verán es la parte actualmente visible de un pantocrator románico que se ocultó bajo una capa de yeso en el ábside de un templo hace no menos de doscientos años, cuando se reformó.
Por ser tan reciente el descubrimiento y carecer de protección comprenderán que no puedo dar la localización, ni ser más explícito con las imágenes.
Estas pinturas obviamente son totalmente inéditas y las imágenes obviamente propiedad del autor.

El día de trabajo de campo fue muy emocionante y a la par que excitante para toda la expedición, se tomaron fotos, medidas, se dibujaron croquis...y nos extasiamos viendo las pinturas del interior del ábside.


Una segunda inspección reveló que en el lado norte el revoco se había degradado por efecto de la humedad, sin duda por una antigua acumulación de agua bajo el mismo.
Una leve presión hizo que al desprenderse apareciesen nuevas figuras frente a nuestros ojos que no daban crédito a lo que veían. Sobre la cenefa que daba continuidad a la del interior absidal, aparecían dos personajes nimbados, sobre éllos un querubín, y sobre éste parte el águila de San Juán.

Al tema...
Tras el muro se ve la antigua ventana absidal con derrame interno flanqueada por una decoración a base de filas alternadas de triángulos pintados en color rojo y azul. Sobre élla vemos una mandorla circular de color rojo con friso de cruces potenzadas alternadas con óculos.

Dentro de la misma vemos hasta donde ya lo impide el muro, las vestiduras y uno de los pies sobre un escabel del Maiestas sobre fondo rojo. Un parche de yeso de una reparación posterior oculta la parte central de la figura.

Entre la mandorla y el colegio apostólico vemos dos líneas paralelas discontinuas de pequeños elementos geométricos.
A cada lado de la mandorla y sobre las lineas ya citadas se representan dos peces.


A la mandorla la rodean los Tetramorfos de los cuales vemos parte de tres de éllos.
A la izquierda se adivinan los cuartos traseros del león de San Marcos. Sobre el cuerpo se ven varios ojos muy esquematizados en base a un óvalo del que surgen tres líneas rectas paralelas a modo de pestañas.

Bajo éste, el colegio apostólico está formado por tres figuras nimbadas que se alternan con la representación de columnas que sostienen arcos. La más externa parece ser una figura femenina con vestido de rayas verticales que se unen alternativamente con otras horizontales. Le sigue otra que no identificamos.
La figura más cercana al vano absidal es femenina y adopta una postura orante con las manos levantadas.
Su vestido muestra una decoración de círculos con una estrella inscrita que abarcan al ropaje en su totalidad.
Quizás sea la Virgen.

A  la derecha del vano absidal se ve la parte trasera del toro de San Lucas con su cola.

Bajo la mandorla, el colegio apostólico se compone en este lado de dos figuras. La primera es un personaje nimbado sin identificar hasta el momento, y de la segunda tan sólo podemos ver una mano en actitud orante y la parte baja de sus vestiduras.

Por debajo de todo esto existe un friso de lacería y un cordón sogueado bajo el que se aprecia decoración a modo de cortinaje.

En el exterior vemos primero parte el águila de San Juán.

Bajo ésta se halla un querubín.
Por debajo de aquel vemos la representación de San Pedro sosteniendo la llave y de Santiago con el bastón de peregrino.

Más abajo aparece la continuación de la cenefa que vimos en el interior del ábside. En la misma se halla un grafiti grabado sobre el revoco que representa una elaborada cruz. Junto a éste se encuentra parte descubierta de otro que parece representar la vela de un barco.


Por encima de la boca del ábside se ve cierta decoración a base de palmas en uno de los extremos.

 En el otro se representan unas ondas y también la figura de un ave.

El amigo Xavi Tosca nos hizo esta planimetría donde se situan las pinturas en relación al edificio.


Aquí pueden ver a parte del equipo en acción.

En la parte baja del muro norte de la nave quedan restos pictóricos en rojo en las juntas del paramento.


Existe una tecnología para el tratamiento de imágenes cuya aplicación sobre pintura románica no tiene precedentes, que yo sepa.(Que por otro lado, vistas las cortas miras de algunos, tampoco me extraña demasiado). Justamente es la que vamos a utilizar. Por medio de élla trataremos de revelar y realzar detalles casi inapreciables que nos darán una nueva visión.
El tratamiento ni arroja una imagen nítida, ni rescata el antiguo color, ni respeta el actual ya que no es este su objetivo y escapa a su radio de acción. Pero sus resultados son reveladores.
Para ir abriendo boca, pueden cotejar aquí el rostro del apostol San Pedro.

Un rostro que nos mira desde una perspectiva de más de ocho siglos.


En una próxima entrada, ya que esto lleva tiempo, veremos los rostros de los otros personajes e interesantes detalles.
Ahora ya sólo queda que la administración intervenga y proteja este lugar, que puede dar muchas sorpresas bajo la capa de yeso.
Para terminar,  la foto de un día que al recordarlo me parece haberlo soñado.

(Laura, Eduard, Xavi y un servidor)

domingo, 12 de abril de 2015

Nadie en Escarlá


Escarlá es un despoblado situado sobre un espolón que mira sobre el Noguera Ribagorzana. Su castillo desaparecido, ejercía el control sobre el paso hacia el Pirineo como otros de la zona.
Cruzando por el Pont d'Orrit seguimos una pista paralela al río y aparcamos antes de que empieze a ascender, ya que a partir de entonces es sólo apta para todoterreno.


El pueblo ya fue seriamente expoliado y su destrucción es muy notable. Su virtudes estaban en la iglesia románica cuyo ábside se ha derrumbado, su situación privilegiada con muy buenas vistas, y su cerrado trazado medieval. Dado que el acceso al centro del núcleo está imposible, nos conformaremos con rodearlo para admirar su compacta construcción. 



Una senda rodea la peña de la iglesia que es lo primero que se ve pasados los establos de entrada al pueblo.
El ábside muestra derrumbe reciente.

El templo fue reformado en época barroca como marca la clave de su entrada.



Su interior está ya muy precario. Disponía de dos capillas construídas entre los contrafuertes y una sacristía adosada al ábside, en el lado norte sólo tenía una capilla.

Conserva una sencilla pila bautismal.

Aquí vemos las capillas y un confesionario casi entero en una de éllas.



Desde el campanario veo el pueblo y todavía no sé por dónde entrar.




Tras la iglesia dos edificios delimitan una pequeña placeta centrada por un aljibe.

Desde dicho aljibe vemos el imponente muro que cierra el flanco oriental del pueblo, que no es otra cosa que parte del antiguo castillo.



En el extremo sur hay una edificación maciza de gran volumen.


Al fondo de la misma existía una escalerilla que daba acceso a la parte superior de la meseta que es una pequeña plaza elevada.


Desde élla se tiene esta vista de la entrada al pueblo. He de volver a bajar por donde he subido ya que la vegetación me impide entrar al núcleo.

Por el flanco sur ya se ve que practicamente está todo cerrado al exterior.


Aun así por un pequeño derrumbe accedo a lo que queda de una casa.



Junto a la iglesia hay un portal que era la entrada a la calle única del pueblo.

Al lado existe este edificio principal aunque tan solo podemos admirar su fachada en piedra y ladrillo ya que su interior está derruido.


Se ven antiguas ventanas tapiadas como en otras casas del pueblo, que muestra tras una fase antigua un notable crecimiento a partir del S.XVIII.

Más adelante es imposible avanzar.

Las calles son una selva y he optado por ir de casa en casa, cosa complicada y nada recomendable.(Llevaba guantes de trabajo y un casco de obra). En todo caso, no hay peligro de que nos caiga una teja en la cabeza pues casi todas las cubiertas están derruidas, pero aun así puede haber vigas con clavos en el escombro y otras sorpresas desagradables. Así que como digo, a rodearlo y a disfrutar de las vistas.

Llego hasta un punto en que ya no puedo seguir.

Encuentro pintado en una puerta con azulete un símbolo protector.

Así que rodeo el pueblo y trato de entrar por el otro extremo de la calle. Como puede verse en la imagen se presenta muy cerrado también por el lado occidental.


La calle es estrechísima en su tramo final pero puedo acceder a la última casa. Al entrar me encuentro este aljibe donde acuden las bajantes del tejado.


Junto a la entrada existe esta ventana aspillera. En la casa de enfrente se tapió casi entera una entrada para que acogiese otra aspillera en piedra.



La escalera da a una planta donde está la sala noble de la casa.




El suelo es de baldosa, lo que ya es notable lucimiento para el lugar. Existe un conducto metálico en el suelo, pero como no puedo acceder a la planta inferior ignoro su función.


El resto está muy destruido: la sala del hogar, la cocina y las alcobas.



Hubo electricidad y alumbrado público. El poblado es muy antiguo, pero en los 70 se despobló.

Esta casa disponía como otras de un aljibe interno donde recogían el agua de lluvia.

Pueden apreciar como el flanco norte del pueblo carece de entrada al núcleo

Al este hay un pequeño barrio bajo con establos de notable tamaño. Su "gracia" está en su arquitectura, vale la pena acercarse.


Uno de los edificios se presenta dividido internamente en múltiples estancias cuadradas.

Y ya de vuelta su arruinado camposanto lo veremos a la derecha de la pista.


Que todas las cosas están en posición de empeorar es algo que me confirma un proyecto que está en la red desde 2010. Del mismo extraigo estas imágenes que hacen llorar al niño Jesús.

Pretende el sujeto rehabilitar lo que no se ha hundido y sobre el ruinoso flanco sur plantar esas cosas. Una pasarela de madera recorre el eje natural del pueblo.

Los módulos son de madera y descansan sobre unos soportes que no precisan de excavación, como en algunos casos está hasta indicada la marca comercial, he indagado un poco sobre los materiales con los negativos resultados esperados.
Así se vería el flanco sur del pueblo desde la satánica visión del "artista". Para colmo en su "trabajo" compara este bodrio con las restauraciones ejemplares de Morillo de Tou y Montfalcó Murallat.
Miren, cuando alguien les diga en la misma conversación las palabras: adaptabilidad, contacto, modulación, standarización, contraposición, autoabastecimiento y eficiencia; huyan corriendo sin mirar atrás, háganme caso. 
Se trata de un vende-humos, y humo es este engendro que utiliza materiales muy chupiecolojetas pero que en el duro ambiente de Escarlá, ni los especialistas en el tema me garantizan una durabilidad que vaya mucho más allá de lo que cueste "fundirse" la subvención recibida para montarlo.
Y sí, mis ojos ya habían visto algo parecido a esto, cerca de Lleida, en un centro de desintoxicación abandonado quedó todo un sistema de riego por goteo electrificado que valía un pastón en programadores y electroválvulas, junto con el resto de instalaciones ya expoliadas. En la finca quedó otro pastón en goteros y mangueras junto a los árboles ya secos. Se cobró la subvención y todo y todos desaparecieron.