jueves, 21 de julio de 2011

Montclús (II) El castillo y los monolitos

Del castillo de Montclús se tienen noticias desde el año 1060, cuando Arnau Mir de Tost y su esposa Arsenda donan la mitad a la abadía de Sant Pere de Áger . Tenía una planta poligonal que se adaptaba al monolito sobre el que se levantó, y muestra en sus restos recrecimiento y varias fases constructivas.
Disponía como mínimo de dos niveles, el segundo con varias espilleras.

Para su construcción fue necesario colmatar las fisuras que presentaba el monolito, algunas bastante anchas, y que se salvaron mediante pequeños arcos como el de la imagen.
Por medio de yeso y argamasa se conseguía una plataforma plana sobre la que construir.


Situado al límite del Condado de Urgell, era el típico castillo de frontera, cuya decadencia fue progresiva a partir de la reconquista.

Seremos precavidos en todo momento en nuestra visita, hay que estar atento al borde.
Por algo se edificó aquí el castillo, el monolito es inexpugnable.

Del barrio bajo no cabe decir más que estaba compuesto de casas sencillas, normalmente con cubierta de losas. Está invadido por la vegetación y totalmente derruido, destaca la conservación de éste trozo de pared en opus spicatum del que ya dí noticia gráfica en el 2008 aquí.


Los monolitos

Poco antes de la escalera de acceso a la plataforma de la ermita, nos desviaremos a mano derecha entrando por un túnel húmedo y verde de vegetación exhuberante. Siguiéndolo llegaremos a los monolitos y al inicio de los pasillos entre éllos.
La vegetación apenas deja entrever su tamaño cuando estamos al pie, por lo que estas imágenes han sido tomadas desde lejos.

Los árboles y arbustos introducen sus raices a través de las fisuras, acentuando la fragmentación (diaclasa).

Cuesta definir la sensaciones que se obtienen aquí, el naturalista aficionado no podrá pasar por alto la variedad botánica y faunística que acompaña éste paraje. El ambiente es sombrío, húmedo, fresco, la luz es verde y el trinar de los pájaros continuo.

Hay momentos sin embargo, que encajonados como estamos en el estrecho pasillo se hace el silencio, y da un poquito de yuyu.

Uno de los monolitos es accesible, teniendo mucha precaución y nociones claras de escalada, subido a él vemos la cima plana de dos que lo acompañan.

Y un tercero más allá.

Si seguimos la senda en dirección al río podemos ver este monolito destruido, del que unicamente queda un bloque que parece haber sido puesto en pie.
El cuerpo del monolito es el montón de piedra que rodea al bloque, hecha literalmente añicos por la erosión.

Un sendero que se desvía de este laberinto de piedra, nos llevará hasta la cueva de Sant Urbá, una grieta accesible que se formó por el desplazamiento de uno de los monolitos.


La geología tiene la respuesta al cómo se formaron los monolitos.
Hace no menos de 20.000 años hubo un deslizamiento en masa de las calcáreas de Montclús. Puede decirse que toda una montaña viajó literalmente en dirección al río que había socavado sus bases descalzándola.
El inmenso bloque se deslizó sobre una capa de arcillas plásticas, soportadas asimismo sobre una base bioclástica .
En su tránsito fue rompiéndose dejando en un anfiteatro natural, los monolitos y agujas que rodean y sostienen ermita, castillo y barrio bajo.
En la tercera parte veremos cómo este proceso se repitió con consecuencias catastróficas en 1373.

2 comentarios:

Paz Pacis dijo...

Fantástico!!!! Ha sido todo un descubrimiento encontrar esta blog. A raiz de buscar información sobre el pueblo de mi suegra (Caserras del Castillo), he encontrado esta maravilla. Muchas gracias por compartirla con todos. Seguiré visitándote. El catálogo de voltas, sencillamente impresionante.

Rubén Oliver dijo...

Gracias por su comentario, Paz, me alegra le guste el blog y el catálogo.
Un saludo.