lunes, 8 de agosto de 2011

Montclús (y IV) El barrio alto

Desde el barrio alto las vistas sobre el barranco y la ermita son impresionantes.
Aunque meterse por aquí ya es harina de otro costal, no sólo por la espesa vegetación, sino por las numerosas grietas y agujeros.
Está además el material suelto y degradado y no hay mucho donde agarrarse.

Al llegar al barrio alto se adivinan tímidos vestigios de edificaciones y siguiendo el borde del cortado, llegaremos al llamado "edificio singular".
Sus muros de dos metros de grosor, nos hablan de lo que quizá fue una torre de defensa, un palacio o castillo.

En el lado interno presenta unos bloques de fina talla, pudiendo tratarse también de un aljibe.

Dos arcos como este afloran como si formaran parte de un túnel hacia el precipicio.

Y mirando hacia el Este, el dramático socavón, que es la mancha verde que ven delimitada por las rocas.
Aquí yace un pueblo.

Visto desde el otro extremo, con el edificio singular en el centro.

Aquí he marcado tres puntos desde donde se han tomado las fotos que siguen a ésta.

Bordeando la zona hundida vemos las agujas frente a la ermita.

Me he metido por este derrumbe para situarme tras una de las agujas.

Y ahora voy ascendiendo en dirección a la aguja de la izquierda donde trataré de subirme.

La flecha señala el punto que trato de alcanzar visto desde el edificio singular.

Y aquí visto desde la ermita.

Ya alcanzada la cúspide vemos la ermita enfrente nuestro.
Y es que quiero que se fijen en un detalle: sobre la aguja que tenemos delante, pueden verse todavía varios sillares. Aislados para siempre del edificio del que formaron parte.

Ya de vuelta, llego hasta los escasos restos de la última casa en el extremo oriental del barrio alto.

Desde élla tenemos otra vista del socavón donde sucumbió gran parte del pueblo.

Los autores del libro que cité en la primera entrada, hallaron lo que parece ser parte de la boca circular de un silo. Todavía se encuentra allí.

Pueden ver un par de videos para hacerse una idea de éste maravilloso paraje, cuya remota situación lo mantienen en un semi-olvido.
Video 1
Video 2


Visita recomendada donde las haya, hasta adonde uno se atreva. Por falta de guía que no sea, aquí estoy para quien haya menester.

7 comentarios:

Rubén Oliver dijo...

En una de estas grietas profundas descansa el que ha sido mi gps, mp3, teléfono, oficinilla móvil y soporte gráfico del blog, que tiró en este lugar sus últimas fotos.
Una de las presuntas "gracias" del blog era que las imágenes se tomaban desde el móvil y se subían sin edición alguna, ahora, mientras encuentro un sustituto, he usado una cámara Panasonic.
Ya se nota en la calidad de algunas fotos, aunque en ésta entrada van mezcladas unas con otras.
Las máquinas también despiertan a veces sentimientos...éramos mi móvil y yo inseparables compañeros...sniff.
Aún me parece oirlo mientras iba golpeando de piedra en piedra sima abajo, camino del infierno...
Bueno, algún apaño haremos...

Luis Calle dijo...

No parece un lugar demasiado accesible. Desde luego no seré yo quien se aventure a buscar tu teléfono. Lo siento por el aparato.
Las fotos espectaculares, de vértigo.
Saludos veraniegos.

Rubén Oliver dijo...

Gracias por tu comentario Luís y feliz verano. Me alegra que te gusten las fotos.
Un abrazo.

Baruk dijo...

Cualquier teléfono aventurero como el tuyo estaría orgulloso de vivir el resto de sus dias en lugar así. Seguramente oyó la llamada de la selva y se precipitó a vivirla.

Imaginate dentro de dos mil años -cuando sea encontrado por los antropologos-, las interpretaciones que harán sobre su historia y sobre su dueño. Igual te haces famoso y todo Rivi!!

Por lo demás, otra entrada de vertigo!!!

Un abrazo

**

Rubén Oliver dijo...

Baruk: Bienvenida sea la fama, aunque sea con dos mil años de retraso...ja, ja.
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.

pallaferro dijo...

Mira. Que se caiga el móvil, se soluciona comprando otro.
Pero no podemos comprar otro Rivi. Así que anda siempre con muuuucho cuidado.

Gracias por compartir estos momentos íntimos con nosotros.

Una abraçada,

Rubén Oliver dijo...

Pallaferro: Que sííííí...que está todo controlau...
Gracias por tu comentario.
Un abrazo.