En esta segunda parte veremos los oratorios de Casa Subirana, Casa Sallán y el de las Casas de Marc Antoni. Los dos primeros están exentos mientras que el tercero se integra plenamente en el edificio.
Bajo estas líneas vemos Casa Sallán, el pajar a su izquierda y a la derecha emerge la espadaña del oratorio.
Vista desde el pajar, que es junto al oratorio lo que más bien se conserva.
Interior arruinado y como en el resto de las casas visitadas sin excesivos lujos.
Su oratorio de planta rectangular conserva la orientación hacia el este, la cubierta es de bóveda de cañón con tejado a dos aguas donde se alternan las antiguas losas con tejas modernas.La clave presentaba cierto motivo grabado que ha sido picado.
Un ventanuco se abre en el muro sur, sobre el altar está pintada una estrella de siete puntas.
Vemos por donde ha caído el revoco la bóveda de piedra.
Siendo observadores veremos un afloramiento de ostréidos muy cerca del camino antes de llegar a la casa.
De Casa Subirana no pongo fotos porque está arrasada casi al completo, se salva el pozo y el oratorio engullido por la vegetación.
En este caso está orientado con la cabecera al norte y se cubría también con bóveda de cañón.
Me dirijo después a las Casas de Marc Antoni siguiendo la cabañera de la sierra de Sis.
Las Casas están alineadas en dirección este-oeste, un aljibe de respetable tamaño se halla junto a éllas.
Aquí vemos la entrada principal.
La destrucción interna es palpable.
Como puede verse en la cocina no hay huella de grifo ni cañeria.La torreta de transformación eléctrica la encontramos a unos metros ante de llegar a las Casas, en su fachada vemos el interruptor general.
En el extremo oeste una portada dovelada da acceso al oratorio.
El interior está lleno de trastos sin ventana alguna que aporte luz al espacio.
Su bóveda es de cañón.
Un grafiti antiguo en la pared nos indica la fecha de 1787.
La lista de casas de la zona con sus correspondientes oratorios daría para un álbum entero, desde aquéllos que duermen destruídos bajo las ruínas, hasta algunos que se conservan impolutos gracias a que la casa sigue en uso.Aquí tan sólo he querido destacar aquellos en los que de uno u otro modo han pervivido las formas románicas a traves de los siglos.