Hoy me he decantado por ver dos joyitas del valle de la Fueva en la Cabezonada.
Primero voy a ver la ermita de la Virgen de la Isuala, que se ve tal que así desde donde dejo el vehículo:
Junto a la ermita está la casa del ermitaño.
De la Cabezonada hay que seguir la carretera en dirección noroeste hasta las últimas casas, ya a pie se toma una pista descendente en dirección norte hacia el barranco. En frente nuestro veremos una bonita y típica cabaña de pastor.
Bajo hacia el barranco entre un paisaje impresionante.
La ermita está sobre un pequeño cerro que nos queda a la derecha del barranco principal, no existe camino y hay que subir campo a través. Primero encuentro la casa del ermitaño, sus dos plantas tienen entradas propias, la baja se cubre con bóveda de cañón.
La planta superior está muy destruida.
Al lado se halla la ermita, erigida en el siglo XVIII, tiene derrumbada la mitad de su cubierta.
En la bóveda se conservan ciertas pinturas.
Desde aquí camino monte abajo en dirección sureste hasta el borde del barranco que alimenta el molino al que me dirijo.
Primero voy a ver la ermita de la Virgen de la Isuala, que se ve tal que así desde donde dejo el vehículo:
Junto a la ermita está la casa del ermitaño.
De la Cabezonada hay que seguir la carretera en dirección noroeste hasta las últimas casas, ya a pie se toma una pista descendente en dirección norte hacia el barranco. En frente nuestro veremos una bonita y típica cabaña de pastor.
Bajo hacia el barranco entre un paisaje impresionante.
La ermita está sobre un pequeño cerro que nos queda a la derecha del barranco principal, no existe camino y hay que subir campo a través. Primero encuentro la casa del ermitaño, sus dos plantas tienen entradas propias, la baja se cubre con bóveda de cañón.
La planta superior está muy destruida.
Al lado se halla la ermita, erigida en el siglo XVIII, tiene derrumbada la mitad de su cubierta.
En la bóveda se conservan ciertas pinturas.
Desde aquí camino monte abajo en dirección sureste hasta el borde del barranco que alimenta el molino al que me dirijo.
No hay camino de la ermita al molino, pero no tiene pérdida, la misma orografía nos aboca a su único acceso desde el cerro. Desde el pueblo existe una pista hasta el molino que sale a la derecha de la que yo tomé para ir a la ermita.
Desde arriba ya lo veo con su techo cubierto por un toldo colocado ya en el 2012.
Aquí vemos la boca del cárcavo.
En la puerta se halla grabado: Año 1920, Molino Harinero.
Sin embargo varios grafitis junto a la puerta revelan que es mucho más antiguo, indicando fechas del mil ochocientos.
Conserva intacta su maquinaria, aunque bajo un precario techo que ha sido apuntalado.
Puntal en la viga.
La tolva, el guardapolvo, las muelas...
Ahora veremos el cárcavo cuya peculiaridad consiste en su forma triangular.
Un sistema de travesaños permite el movimiento del saetín sobre el rodezno.
El molino se alimentaba por un inusual canal abierto construido en madera.
Si subimos barranco arriba caminaremos por una senda que no es otra cosa que la antigua acequia colmada. Quedan restos de una tajadera para desviar el agua cuando no se molía, cerca del edificio había un segundo aliviadero que oculta la vegetación.
Y así llegamos donde estaba la balsa de captación, un lugar de gran belleza donde sólo se escucha el arrullo del agua.
He grabado tres videos del molino y de su entorno, en éllos puede comprobarse la belleza de este paraje y su gran valor patrimonial y natural.