Situada en el término de la la Almunia de San Juan, la partida de la Ortilla da para una visita por varios elementos de interés.
Empezaré por el molino harinero alimentado por las aguas del Sosa, un edificio medieval de sólidos muros de arenisca. Reformado a lo largo de los siglos, se mantuvo activo hasta mediados del anterior.
Bajo estas líneas pueden ver su cara este y no, lo que se ve no es la puerta, sino la entrada del agua a su gigantesco cubo. Frente a aquélla se situaba la balsa de la que quedan indicios claros.
Desde el oeste se ve clara la parte más antigua del edificio sobre el cárcavo.
El primer tramo del cárcavo está cubierto con bóveda de sillería y el resto excavado en la roca.
Aquí vemos el saetín de gran tamaño y el eje del rodezno, que parece estar cubierto bajo la tierra
Por el lado sur se accede a la sala de la molienda.
La sala está abovedada y conserva, (es una manera de hablar, pues en fotos de no hace mucho se veían más cosas), parte de su maquinaria.
Un gran cernedor horizontal y la cabria.
El cernedor funcionaba por la misma fuerza que movía la muela.
Y disponía de varias bocas de descarga.
Sobre esta sala se situa otro piso abovedado totalmente vacío.
Por un pequeño arco de medio punto se accede a la tercera planta, practicamente destruída.
Dos ménsulas señalan que hubo otro nivel sobre el que me encuentro.
Un gran arco en el muro sur fue cegado con posterioridad.
De pie sobre la antigua balsa se ve la entrada de agua al cubo.
Un cubo de grandes dimensiones que tuvo un revestimiento interno que puede aun verse en su mitad inferior.
Sobre el molino, cuyo abandono debería sonrojar a cualquiera que estime el patrimonio, se encuentra un parque que aprovecha las ruinas de un gran edificio con cartel explicativo sobre la historia del canal de Aragón y Cataluña, que salva el desnivel con el sifón que veremos luego.
Hay habilitada una caseta de barbacoas que acusa el uso público, aunque las he visto de muy peores.
El sifón modernista sobre el Sosa cercano al parque, es el segundo lugar de interés que merece una visita, sus líneas y su estética son un placer.
En la roca que ven al fondo existe un túnel aliviadero de obvio acceso prohibido, sin llegar a entrar en él, hallaremos en su boca de salida un verde rincón de pacífico frescor y constante arrullo del agua.Y si remontamos el río poco más de un kilómetro podemos ver el llamado "castillo de la Ortilla".
Un despoblado fortificado de origen musulman será el destino de nuestra pequeña aventura arqueológica.
En la ortofoto del Sigpac pueden verse las coordenadas y apreciarse el aljibe rectangular central de los tres que posée.
El poblado se situaba alrededor de una cresta arenisca donde hallaremos huecos diversos y entalladuras.
En su parte media aparecen los restos de una pequeña construcción que se tiene por una torreta de vigilancia sobre el río.
Desde élla vemos el aljibe inferior.
En la cúspide de la cresta se hallan los restos de lo que sería otra torre cuadrada de mayor magnitud.
También en la parte alta se aprecia una escalera y el aljibe superior.
En las inmediaciones se pueden encontrar restos cerámicos de color gris, típicos de la época, así como tímidos vestigios de los muros de las casas.
El acceso más seguro al castillo es por un único sitio, así que hay que buscarlo entre la vegetación del río hasta dar con él.
Excursión fácil saliendo desde la Almunia y que apenas nos tomará una mañana. Dejo aparte que en el apartado de fauna y flora, ya por el hecho de estar el río, habrá seguro ocasiones de disfrutar del recorrido y que el paseo sea una completa delicia.