miércoles, 15 de julio de 2009

Nadie en Pelegriñón

Dejando Rocafort a mis espaldas sigo hacia el sur el barranco de Vivés con la intención de llegar a Pelegriñon; despoblado quizás antes que Rocafort, se halla como aquel al abrigo de las rocas y al borde del barranco de su mismo nombre. El primer documento que menciona la población data del 1090-1091, siendo conquistado por Ermengol IV de Urgel.

El Barranco de Vivés tiene un fondo relativamente plano, formado por una notable capa de grava consecuencia de los acarreos fluviales. Periodicamente pasa un tractor arrastrando una niveladora para que pueda seguir usándose como camino.
Por poco que ameis a la naturaleza, no os dejaran indiferentes los magníficos árboles que lo bordean. Grandes encinas y almezes jalonan el recorrido.

Me he valido del visor del Sigpac y de su instrumento de medida, para que os hagais una idea(aproximada claro), del tamaño de sus copas. En la imagen puede verse el primero que nos encontramos, con su correpondiente medida.

Como podeis apreciar, las ramas de ésta hermosa encina, descienden hasta tocar el suelo.

Aquí vemos numerados tres de los ejemplares mayores, el número uno con su correspondiente medida; los marcados con los números dos y tres ya se sitúan en el barranco de Pelegriñón, que desemboca sus aguas en el de Vivés.

Éste es el señalado con el número uno, en el ángulo inferior izquierdo se entrevé mi vehículo, con lo que podeis tomar idea de sus proporciones.

Ya metidos en el barranco de Pelegriñón encontramos ésta notable encina, que corresponde al número dos.

Unos metros más adelante hallamos éste gran almez.

Su tronco se divide en incontables ramales a los que acompañan numerosos vástagos, dándole la apariencia de los árboles tropicales.

No es buena idea penetrar en el barranco con un vehículo, ni que sea un 4x4, pues se va estrechando progresivamente llegando un momento en que no podreis ni siquiera abrir las puertas, mucho menos dar la vuelta. Con lo que no os quedará otra opción que dar marcha atras como le pasó al que suscribe.

En ésta toma del visor he remarcado el barranco principal y el adyacente, que separa al pueblo de la iglesia.

Aquí vemos la estrechez del barranco, ya cerca del pueblo, cuando su anchura es de unos tres metros aproximadamente; el antiguo camino ha sido totalmente borrado por los cultivos.

LLegando vemos asomar la iglesia.

Vista general desde un campo cercano.

Acceso al pueblo.

Al igual que en Rocafort, jamás llegó hasta aquí el tendido eléctrico ni ninguno de los servicios habituales de los núcleos rurales de hoy en día. El pueblo está practicamente destruido, siendo sus vestigios bastante escasos.

Aquí podemos ver la decoración interna de las estancias, realizada totalmente a mano.

Se conserva éste pequeño establo donde yace un apero agrícola, del que ya no tirarán los mulos núnca más.

Y aquí el marco metálico del hogar de una cocina, con algún ladrillo refractario.

Me dirijo ahora a la iglesia por una pequeña senda, un pequeño barranco la separa del pueblo y varios troncos carcomidos hacen las veces de puente para llegar hasta élla.

Originalmente fue de un estilo románico rural muy simple, reformada más tarde como puede verse.


La sacristía se construyó en el lado sur, no existía en la primitiva construcción.

Aquí podemos ver el exterior de su ábside al que sombrean varios árboles, posée una pequeña hornacina.

La excursión hasta éste solitario y recóndito paraje nos pondrá en contacto con abundante fauna y flora, es por ello recomendable para quien desée disfrutar de un entorno natural practicamente virgen.

Antes de marcharme llaman mi atención éstas plantas crasas que veis en la imagen plantadas en su día por los que aquí habitaron; no son en absoluto naturales del terreno, y son el último testigo vivo de aquella vida pasada.
Crecen en silenciosa soledad para el triste deleite de los habitantes de la nada.

2 comentarios:

Esca dijo...

Que pasa Riviere ,pequeño apunte sobre esas plantas,por estos lares tambien se dan,sobre los muros,tejados, no necesitan apenas agua y se llaman Siemprevivas
un saludo Esca

Rubén Oliver dijo...

Gracias por ahorrarme la faena,Esca...ja ja...De la siempreviva,tan sólo conocía la flor,que se ve seca en las floristerías y centros florales.Pero núnca había visto la planta,pues ya te digo que no se da silvestre por mi zona.Por eso sé seguro que fueron plantadas aquellas.

Gracias por tu comentario.

Un abrazo.