domingo, 26 de diciembre de 2010

Nadie en Chiriveta

Ni perro que nos ladre encontraremos en Chiriveta. Un despoblado que se sitúa en uno de los parajes más hermosos de la Ribagorza, la excursion hasta la torre y ermita, ofrece unas vistas incomparables de la entrada al Congost de Mont-rebei.
Veo en algunas casas, objetos que nos hablan de otros tiempos y usos como esta aventadora.

Esta prensa.

O esta bodega con sus botas abandonadas.

Empieza frente a la iglesia, una ruta marcada con líneas blancas y amarillas, las que identifican los senderos PR (pequeño recorrido). Puede descargarse el track para gps en este enlace a la completa y útil página de Senderos de Aragón. Dicha ruta, nos llevará a pisar caminos milenarios, enlosados, flanqueados por larguísimos muros. Unos caminos a los que que el otoño, les da una belleza singular.
He escogido a propósito un día de niebla, a pesar que por ello voy a perderme una hermosa panorámica desde la torre, pero es que también tiene su encanto.
Las fotos serán un poco tal cual, pues poca defensa tiene nuestra camarilla cuando la luz escasea en exteriores, es lo que hay.
Salgo desde este indicador entrando en la plaza frente a la iglesia.

Bajamos por la pista hasta ésta señal, por donde entramos al camino.

Camino cuyo primer tramo conserva parte de su piso de losas.

El otoño, pinta de dos colores el mismo arbusto, una parte amarilla a levante...

...y una roja a poniente.

Llego a la ermita en 35 minutos sin demasiada dificultad, excepto un tramo pendiente de roca a medio recorrido, la humedad lo hace bastante resbaladizo y hay que subir con precaución.

La niebla esconde el precipicio sobre el que se levanta la ermita, que el que la haya visto en un día claro recordará seguro.

Aquí vemos su portada.

No sé si algún entendido en románico podrá decir qué representa el tercer objeto, empezando por la izquierda, que hay grabado en la arquivolta. Gracias.

Su interior es sencillo.

Vayan con cuidado en las escaleras de la ermita, son MUY resbaladizas, mis costillas ya las han probado y no fue nada agradable.

El último tramo hasta la torre, de 100 metros aproximadamente, es un repechón de aquí te espero, que me hace llegar empapado arriba.(Va uno muy sobrado de piernas).
La torre está práticamente arruinada, se puede entrar dentro con cuidado. Obviamente, en tiempo despejado, enlazaríamos visualmente con al menos dos torres de su entorno.

Ya desde aquí, me desplazo hasta el Mas, un par de casas pertenecientes a una explotación agrícola antigua en desuso, actualmente en gran parte rehabilitadas. No es de mi interés, siendo un patchwork de reparaciones.
Desde aquí, bajamos hasta la pista por un camino milenario, enlosado, flanqueado por largos muros rematados de lajas en espiga, son 250 metros de una belleza agreste que me cuesta definir. Vamos a hollar una vía cuyo origen se pierde en el tiempo, una obra de tal solidez, que acumula siglos sin inmutarse. Las fotos darán una somera idea del ambiente que se respira, un silencio otoñal que sólo rompen nuestros pasos sobre las losas.
Por las veces que aquí he venido, puedo decir que pocos pasan, nada se oye, ni cerca ni lejos, tan sólo la niebla gotear lentamente desde las ramas a la hojarasca, mientras lo va envolviendo todo.

Impresiona la gran cantidad de piedra acumulada en este tramo, que no debió requerir pocos esfuerzos.

Ruta recomendada donde las haya, en días claros como ya dije, las vistas desde la ermita y la torre son preciosas. El entorno está practicamente salvaje, y la tranquilidad absoluta está garantizada.

Más información y fotos aquí:Pueblos deshabitados - Chiriveta.

10 comentarios:

pallaferro dijo...

Muy bonita la excursión, el camino enlosado, la ermita...

Me encantaría verlo junto a ti. Más que nada por si uno se resbala, que haya el otro para poderlo socorrer, no? Bueno, va, también para disfrutar del lugar en tu compañia :)

Un abrazo,

Rubén Oliver dijo...

Pues no me hubiese venido mal algo a qué agarrarme, ¡ni que fuese un amigo!...ja, ja... Si quieres quedar para verlo no tienes más que decirlo... Prepara unas piernas de repuesto en todo caso, que esto no es la Rambla... Gracias por tu comentario.
Un abrazo

Luis Calle dijo...

Tal como lo relatas, y con las fotos que presentas, dan ganas de acopmpañarte en alguna de tus excursiones, aunque la localización de la ermita tan al borde casi da vértigo.
Saludos

Rubén Oliver dijo...

Luis: En la ermita no se puede hacer mucho el tonto, la verdad, el cortado es de órdago...
Gracias por tu comentario. Un abrazo.

Jorge Luis dijo...

Desde Bell Ville a 11.000 km de distancia. Sigo el blog desde lo de Peralba.
Un abrazo

Rubén Oliver dijo...

Jorge Luis: Muchas gracias por su comentario...Si es que el mundo se ha hecho grande para que se quede pequeño...
Un abrazo.

Syr dijo...

No soy entendido en casi nada, pero creo que se trata de un tonel.

Un abrazo, amigo

Rubén Oliver dijo...

Syr: Sería el tonel del vino de misa ¿no?.

Toño dijo...

Hola,que nosotros también nos apuntamos,de todas formas me llevaré el perro guía senderista.Salu2 a tod@s.

Rubén Oliver dijo...

Toño: Pues no hay más que hablar, cuando quieras. Pronto nos veremos.
Gracias por tu comentario. Un abrazo.